Pasodoble del Casino

Durante meses, Oscar Navarro Music ha estado encerrado con una partitura que no pedía protagonismo, sino sentido.
No componía para llenar un hueco en la agenda, sino para dejar un hueco en el pecho.
Y el pasado sábado, en el Casino de Novelda, lo consiguió.
El 𝐏𝐚𝐬𝐨𝐝𝐨𝐛𝐥𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐢𝐧𝐨 de Novelda sonó por primera vez como suenan las cosas importantes: sin prisa, sin aviso y sin escapatoria.
La banda Sociedad Musical Santa María Magdalena de Novelda le puso cuerpo, el público le puso piel, y el silencio después del primer acorde hizo el resto.
No hubo que explicar nada. Estaba todo ahí.
Esto no va solo de notas.
Va de identidad. De agradecimiento. De raíces que suenan. Y de gente —como el propio Óscar, como los músicos, como el Novelda Ayuntamiento como los patrocinadores que nadie ve pero que sostienen— que cree en la cultura sin necesidad de envoltorio.
No fue una noche cualquiera. Fue de esas que se te cuelan por una rendija y se quedan a vivir.
Gracias, Óscar. Por convertir una emoción colectiva en música.
Gracias a todos los que, en lugar de hacerlo posible, lo hicieron inolvidable.
El arte, cuando es de verdad, no necesita presentaciones. Solo escucha. Y si te toca… ya no te suelta.
Esta es solo una muestra de meses de trabajo para conseguir una noche inolvidable.