En el vasto telar de la historia, las mujeres han tejido con hilo de coraje y determinación el tapiz también de la cultura.
Desde las sombras del olvido, emergen voces silenciadas, musas ignoradas y artistas eclipsadas, reclamando su lugar en el escenario de la humanidad.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, el eco de sus susurros se transforma en un grito de resistencia y celebración.
En cada página de la historia, en cada lienzo, en cada nota musical, las huellas de las mujeres se entrelazan con la esencia misma de la cultura.
En honor a estas mujeres, a sus luchas y a sus triunfos, se erige un escenario vibrante, el nuestro, en un mes de marzo repleto de actividades.
El concierto que hoy se celebrará, ya con aforo completo, no es solo una sinfonía de sonidos, sino un himno hacia el talento y la sororidad.
Cada acorde, cada verso, cada movimiento es un acto contra la invisibilidad. Es un recordatorio ardiente de que las mujeres no son meras musas, sino creadoras e innovadoras. En el escenario, en los libros, en los lienzos, las ciencias, la historia… las mujeres han desplegado su magia, desafiando estereotipos, derribando barreras, construyendo puentes hacia un futuro donde la igualdad de género sea la melodía que guíe nuestros pasos.
En este día, en este momento, nos unimos en una oda a la mujer. Porque su papel en la cultura es innegable, su contribución incalculable y su legado imborrable.
Este mes será un tributo a todas las mujeres que han iluminado nuestro mundo con su arte, su talento y su valentía. A todas las de ayer, hoy y mañana. Que sea también un compromiso renovado de construir un mundo más igualitario.
